¿Cualquiera puede ser crítico de cine? Cualquiera puede serlo. Sí, ¿por qué no?
Es que un film tiene infinitas lecturas, una por cada espectador. Es el espectador el que le da sentido al texto. Y cada especialista puede ofrecer una mirada desde su esfera de conocimiento. Pero decimos nosotros, ¿nadie puede detenerse a ofrecer una lectura desde el cine mismo, desde el cine como una disciplina y como un lenguaje? ¿Nadie puede explicar por qué Visconti utiliza sugerentemente una profundidad de campo en un final sin diálogos, pero que dice mucho más que si fuera un monólogo? ¿Nadie puede detenerse a ver un plano y considerar cada uno de los elementos que lo enriquecen, ya provengan de la música, de las artes plásticas, de las letras, o de cualquier otra disciplina? ¿Nadie puede reflexionar sobre ese plano que no se parece a ningún otro y que hace de Visconti un director con un estilo propio? ¿Nadie dice por qué reconoce en ese plano al autor?
De eso y mucho más trata la crítica de cine. Dicen que un autor es aquel director que sabe cómo conducir a un grupo de talentos (el director de fotografía, el compositor musical, el director de arte, el montajista.) Cada autor tiene una obra que lo caracteriza. Un crítico, más allá de escribir sobre una película que le gustó o no, debe conocer sobre cine. Esto es, conocer su historia, conocer su evolución, saber cuál ha sido el desarrollo de ese lenguaje que comenzó siendo silente y aventurero en las manos de los hermanos Lumière, que se convirtió en un juguete, en las manos de Méliès, y en lenguaje gracias a Griffith.
Un crítico debe tener una sensibilidad tal que le permita descubrir al autor, debe tener un conocimiento tal que pueda valorar cada una de las especialidades que contribuyen a hacer de un film una obra de arte. Y sobre todo, debe conocer el lenguaje cinematográfico para re-conocer en su desarrollo lo que haya de evolución o involución.
Un crítico nunca ofrece una mirada objetiva sobre el sujeto de su estudio. Un crítico firma con nombre y apellido, pero sobre todo, se expresa desde su lectura y con total responsabilidad por lo que afirma. Es su lectura lo que le dará uno de los tantos sentidos al texto. Esa lectura, apoyada por el análisis y la ética, será lo que le permitirá ser un referente entre sus lectores a la hora de formar e informar, a la hora de educar para ver cine y a la hora de juzgar una película.